FOTO DE PORTADA, capítulo 2.º
C. D. Málaga, temporada 1.961-62
Lorenzo, Angelillo, Arias II, Pellicer, Bernardi,
Meliá, Ben Barek, Miguel Alba (masajista), Ibarreche, Arias, Dalmau, Vázquez, Barinaga (entrenador) Portalés, Luna, Ramoní, Américo, Bruna, Rovira, Zárate, Pipi, Mendi, Sande y Benavídez.
Alberto Suárez "Pipi", volvió a nuestra ciudad en febrero de 1.956 después de haber jugado una liga corta en la Regional asturiana.
El club de La Rosaleda ya le había realizado un seguimiento, alertado por ojeadores especialistas y los conocidos periodistas "Fidelito" y Pepe Mancera que destacaban en las páginas del prestigioso diario malagueño "La Tarde", la buena trayectoria futbolística de Suárez con el I.C.E.T. de la barriada El Palo.
Fue requerido por el Málaga y los directivos Rafael Aguirre, Rafael Toval y Pepe Quintanilla fueron los encargados de negociar su fichaje. Tuvo su anécdota, la protagonizó el padre Serna, que le recordó a los malaguistas que Alberto seguía a su cargo, como tutor que era y por lo tanto en régimen de internado. Años atrás la mayoría de edad no se materializaba hasta los 21.
Suárez "Pipi" cumplió los 18 años el 4 de Agosto de 1.956 y ese mismo día estampaba _oficialmente_ su firma como jugador profesional directamente vinculado al C. D. Málaga.
Un contrato por tres años
El contrato establecido con nuestro personaje era para tres temporadas, lo que aseguraba su pertenencia al Club, con tiempo suficiente para una plena madurez y adaptación a las mayores categorías que como reto tendría en adelante. Suárez "Pipi" venía de la Primera Regional y sin pasar por el filial, como es preceptivo en la mayoría de los casos, llegó directamente a Segunda División donde el C. D. Málaga lucharía no solo por mantenerse sino con aspiraciones de ascenso.
Es de bien nacido...
Nunca olvidó a sus compañeros del I.C.E.T., internos como él, por eso en el momento que cobró su prima de fichaje, unas 55.000 pesetas del primer año, tuvo el detalle de dedicarle una partida para bienestar y agasajo de todos ellos. Pollos, dulces y hasta una pantalla de cine.
1956-57 primera temporada
Echezarreta era el nuevo "míster" contratado por el C. D. Málaga para un período de dos años.
Pronto entró "Pipi" en la alineación y empezó a jugar con el primer equipo. Se inició en el segundo partido de Liga en la División de plata frente al Puente Genil, el 9 de Septiembre de ese mismo año 56. El resultado 1-1.
Al domingo siguiente, en La Rosaleda, la afición estaba deseando verlo jugar.
La afición paleña y toda la malaguista estaba "encantada" con este chaval menudo, apenas un niño, que hacía maravillas con el balón. "Pipi", el día de su presentación en La Rosaleda.
Su juventud y calidad destacó entre los elementos del equipo. Ya se consideraba el relevo de facto del añorado Bazán. No era goleador, pero daba balones de gol magistrales y también los metía a menudo. El aficionado malaguista ya había depositado su confianza en él considerándolo una estrella, la gran esperanza del presente y futuro. Este público que llenaba las gradas de la Rosaleda domingo tras domingo necesitaba agarrarse con ilusión a un ídolo a quien seguir y lo encontró en Alberto, "su Pipi".
"Pipi", cuando cogía el balón sabía qué hacer con él y a quien pasarlo, siendo un auténtico peligro para la meta contraria.
Tirando de la cantera
Esa temporada la directiva del presidente Estrada Segalerva había apostado por la cantera como nunca había sucedido; pasaron once miembros del Atl. Malagueño de un total de veintitrés jugadores en plantilla, dando sus buenos resultados.
Jugadores de la talla de Lorenzo, Ortiz, Cebrián, Patricio, Barragán, "Coco", Galacho, "Pipi" y Bernardi, componían el grupo malagueño.
Del Río, Monerris, Rubio, Barragán, Ortiz, Patricio, Roselló, agachados: Galacho, "Pipi", "Coco", Bernardi y Madariaga. 1956-57.
Siete canteranos en esta alineación.
En la temporada 1956-57, el Málaga iba muy bien clasificado en el grupo de cabeza. La incorporación de Suárez "Pipi" fue un revulsivo, su adaptación a la categoría de Segunda División era plena, ayudando a la buena marcha del conjunto malaguista.
Parte del grupo malagueño del equipo.
Ortiz, Barragán, Lorenzo, Bernardi, Galacho y "Pipi".
A pesar de que en la plantilla había jugadores muy queridos por la afición, era el preferido, siendo la estrella del equipo. Todos querían tener un recuerdo con él, se había convertido en un malagueño más, a pesar de sus orígenes asturianos.
Accidente aéreo en Tenerife
Los componentes de la plantilla, entrenador y directivos emprendieron viaje en autocar a Sevilla. Allí toman un avión que se dirigía a Tenerife. A la hora de aterrizar la aeronave no pudo ser dominada y se estrella al final de la pista contra una casita cercana al aeropuerto.
Avión siniestrado.
Los bomberos intentando apagar el incendio.
El avión se partió en dos y por ahí pudieron salir todos los pasajeros y componentes del aparato. Al poco rato se incendió, quedando completamente calcinado. Resultado: una señora fallecida que vivía en la casa y el resto de accidentados ilesos, sólo tres o cuatro con pequeños cortes y alguna contusión, éstos eran el portero Del Río y los jugadores Madariaga, Patricio y Emery. El más grave, el piloto con una pierna fracturada.
Zona delantera del avión. Más bien lo que quedó de ella, como los restos de la casa.
El lugar del siniestro se le conoce por los Baldíos, cercano al que fue peligroso aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife.
"Pipi" como Barragán y "Coco" eran la primera vez que viajaban en avión.
A los dos días, la mayoría de expedicionarios, no todos, se acercó al lugar del accidente, quedando petrificados con el horror que allí se veía y de lo que se habían librado. Algunos tuvieron que ser consolados por sus compañeros, otros se trajeron estos tristes recuerdos. Al día siguiente todo era un amasijo de hierros calcinados.
El espectáculo era aterrador.
Después del accidente aéreo
Al no haber grandes lesionados en el equipo, el partido había de jugarse. Este se realizó el martes siguiente a la tragedia, con el resultado de 2-0 favorable al equipo tinerfeño.
La expedición malaguista tenía que retornar a la península y no quería saber nada de aviones para el viaje de vuelta. Los directivos deciden realizarlo de la única forma que había en esos momentos, por mar, así poder estar en Málaga antes del siguiente partido en La Rosaleda.
Bajando por la pasarela del petrolero que los trajo desde Tenerife.
En la imagen:
"Coco", Rubio, "Pipi", Bernardi y Roselló.
Un petrolero que zarpaba dirección a Málaga, sería la única opción posible para el retorno en las fechas necesarias para seguir la competición. Se dio la anécdota que los marineros del buque ofrecieron sus camarotes a los malaguistas, que éstos rechazaron agradeciendo el detalle.
Llegaron con el tiempo justo para el partido y fueron aclamados por la totalidad de seguidores malaguistas que llenaban las gradas del estadio La Rosaleda, hasta abarrotarlas.
Así se presentó el equipo malaguista ante su público, a la vuelta del viaje desde Tenerife, en un petrolero.
La tripulación del avión "Vitoria" siniestrado, saludaba a la afición.
Formaron así:
Madariaga, Gutiérrez, Del Río, Ortiz, "Pipi", Bernardi, Roselló,
agachados: Lorenzo, Galacho, Monerris, Barragán y Rubio.
La fortuna no quiso alinearse con nuestro primer club. Esa gran temporada 56-57, el C. D. Málaga terminó quinto clasificado en la Liga de Segunda división, grupo sur, sólo a dos puntos del tercero. Por muy poco hubieran podido jugar la promoción a Primera.
Juan Antonio Rodríguez Pastor
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